Vaya, tiene un tiempo que no me paseo por aquí… pero hoy quería hacerlo. Hoy estoy cursi, y soy feliz, así que quería hablar con ustedes de l’amour.

¿Alguna vez han estado enamorados de alguien por tanto tiempo que ya ni siquiera saben dónde o cómo empezó? ¿Alguien a quien ni siquiera se molestan en hacer partícipes de sus sentimientos porque eso solo complicaría las cosas? Yo sí. Ni siquiera quería pensar en ello porque pensarlo lo volvía… real. Podía esconderlo la mayor parte del tiempo pero a veces el sentimiento se empeñaba en recordarme que estaba allí para joder conmigo porque nunca iba a pasar nada entre ese alguien y yo.
Probablemente ya me estén tachando de estúpida porque lo normal es intentarlo porque uno nunca sabe, pero yo estaba segura. Ese alguien jamás me vería de ese modo ¿Cómo podría? No sólo ya tenía a alguien (y no parecía tener cabeza para nadie más) sino que nuestra amistad era algo que no querría arruinar… y todos sabemos cómo funciona el amor.

Ese alguien es Laura.

Jesús ¿Por dónde empezar? No puedo empezar por el principio porque ni siquiera estoy segura de cuál es, solo sé que hace años me estoy engañando a mí misma y que sólo necesité que estuviera interesada en alguien más para entender que el cariño que siento por ella ya no es ‘normal’, quiero decir, el normal entre mejores amigas.

Quizá debería empezar por el día del padre éste año. Había tenido el peor semestre so far, ya no tenía a quién felicitar por la ocasión y como si eso fuera poco mi mejor amiga parecía tener problemas y yo no tenía idea de qué pasaba en su vida desde hacía tiempo. No sin razón terminé en brazos del buen Jack, más o menos a propósito.

También terminé enviando drunktexts vía whatsapp con Laura básicamente lamentando el asco de amiga que estoy hecha y de alguna manera retorcida, quizá porque me conoce demasiado, quizá porque expresé celos respecto a sus otros amigos que nunca me había atrevido a expresar… entendió que ese alguien era ella.

Abrimos la caja de pandora. Al menos alguna de las dos lo hizo. El punto es que unos días antes de mi cumpleaños ella estaba preocupadísima porque quería decirle a alguien lo que sentía y no sabía si hacerlo y, sorpresivamente, ese alguien resulté ser yo. Y como toda idiota entré en pánico y sólo conseguí decir que yo también estaba confundida respecto a lo que sentía por ella y no volvimos a tocar el tema. Incluso vino a mi cumpleaños y dormimos en la misma cama fingiendo que nada había pasado.

No pude dormir esa noche tratando de decir algo, lo que sea, pero estaba demasiado asustada. La pregunta ya no es qué podía salir mal sino más bien qué podía salir bien, porque se me ocurrían mil y un formas en las que eso terminaría mal y entonces las palabras se atoraban en mi garganta.

Poco más de una semana después terminé acompañándola a los quince años de su hermana y aunque estuve toda la noche tratando de decir algo, al final sólo sucedió. Se me desapareció de la fiesta por un rato e imaginé que no todo estaba bien porque yo había hecho enojar a uno de sus amigos al inicio de la fiesta, así que salí a buscarla y la encontré llorando afuera del salón. La abracé y me gustó tanto tenerla entre mis brazos que no pude evitar mencionar la conversación que teníamos pendiente.

La verdad más que romántico fue bastante ridículo porque nos interrumpieron un montón, entre el tipo ebrio preguntando si la tienda estaba cerrada cuando efectivamente así era, la tía preguntando no sé qué, la alarma de la camioneta de al lado y el coche que tronó muy feo cuando nos recargamos… en fin, no todo es como en las películas y tratándose de nosotras no esperaba menos.

El punto es que he estado saliendo con ella desde entonces y ha sido toda una aventura, en especial porque ninguna de las dos había tenido novia hasta entonces, aún si yo tuve una por internet alguna vez. Es como volver a ser adolescente y no tener idea de nada. Tampoco tenía idea de que tener novia fuera tan divertido, de verdad, las caras de la gente son buenísimas (?), y Laura es maravillosa, la amo, la adoro, adoro su aroma, sus besos, el sonido de su voz, adoro cómo me mira cuando estoy distraída, la tibieza de su abrazo, la suavidad de su piel,… y no me hagan empezar con el sexo porque: Jesús. Cristo. Redentor.

Extrañamente el semestre estuvo todavía más ligero de lo que suele estar el semestre de agosto por lo que hemos podido vernos casi todos los miércoles e incluso uno que otro fin de semana. Esos miércoles ya son mi día favorito, nuestro día, incluso si van a durar sólo lo que resta del semestre.

La verdad estoy muy contenta. Todo es tan nuevo y tan conocido a la vez, y aunque mi desorden de personalidad sigue sin dejarme y hay días en que no todo está tan bien (mñé, parece que no puedo dejar de sentirme segundo lugar ni cuando de jure soy primero), creo que Lau hace un gran trabajo tratando de comprenderme y… no sé, no puedo creer que no hayamos visto antes lo que teníamos enfrente, pero creo que todo tiene su tiempo, y esto tiene más expectativas que la taquilla de Avengers 2.

¿Y saben qué? Que ya no me importa que todos lo sepan. Digo, en casa no lo digo porque es más cómodo así, pero si justo ahora lee esto incluso mi madre: No me interesa. Lau es lo mejor que me ha pasado en mucho tiempo (quizá en toda la vida, who knows), y justo ahora no me imagino la vida sin ella, so, en buena onda pobre del que trate de interponerse (: