Nunca me dejen olvidar este maldito estrés casi post-mortem, por favor.
Necesito conseguir 80 puntos en calificaciones finales este año y conseguirlos o no básicamente va a decidir el rumbo que tome mi vida de aquí en adelante; más especificamente en cuanto a lo que quiero estudiar. En realidad, 80 puntos no son muchos, no deberían ser muchos cuando llevas diez materias y en las primeras tres ya conseguiste 28 de ellos.

Sin embargo, las cosas se complican cuando sabes que la maestra de Contabilidad jamás ha hecho exámen y tú fuiste a cuatro clases el último trimestre. El de Derecho tendrá que decirte si vas a pasar o no por no haber participado en el estúpido mural sobre las elecciones del que no te enteraste a tiempo para hacer un trabajo decente, y claro, si no es decente no presentas nada, maldita perfeccionista de mierda.

Además, el de Sociología tiene problemas mentales y les ha pedido juntar todos los trabajos individuales para calificar el tercer parcial, como si te llevaras realmente bien con alguien en tu maldito grupo o hubieras entrando a una sola clase del último trimestre.Y eso es mucho decir para Literatura, por ejemplo, donde básicamente nunca te presentaste por confiarte de que el profesor era un trasatlántico y ahora falta ver que sea verdad y te deje presentar el final en vez de mandarte a extra como haría cualquier otro, y a ver cómo te las arreglabas.

Entonces, tienes Inglés, Problemas Sociales, Políticos y Económicos de México y Geografía Económica para sacar la mayor parte de los puntos y dejar que el destino decida si tendrá misericordia contigo el único año que haz hecho todo mal, bajo la excusa de que puede que jamás vuelvas a pasar el tiempo con esa bola de torpes a quienes tanto quieres, o si te dará otro año con la mayoría de ellos a costa de todo lo que tenías planeado para el futuro.

Fuck. My. Life.

Planeo ayudarme a mi misma yendo a presentar el exámen a la carrera, ya saben, just in case, pero hace siglos que debí haber ido por la guia y cuando no tengo otras cosas que hacer, me levanto a las doce del día como estúpida. ¿Y así creo que voy a llegar a Ciudad Universitaria en agosto? Bah.

Lo peor es que aunque no se note es lo que más he querido en la vida, por que nunca antes me había sentido así de nerviosa y emocionada por conseguir algo, ni algo que me apasione tanto como estudiar Relaciones Internacionales.
Algo que no me agrada de una persona es que siempre quiera que las cosas salgan a su modo.
Y no me refiero a los que siempre hacen los planes por los demás por que he de reconocer que hace falta una persona así cuando las catorce personas de tu grupo cercano de amigos son tan indecisos y complacientes como tú, por que pueden pasar dos horas y seguir con la discusión de
—Hay que hacer algo —Si, pero ¿Qué? —No lo sé ¿Qué quieres hacer tú? —No sé, lo que tú quieras hacer
Llega el momento —en unos cinco minutos, a lo mucho— en que se vuelve desesperante y terminas dando una idea que muy probablemente todos van a aceptar por que no se les ocurre ninguna otra, pero no significa que seas inflexible o que quieras que siempre se haga lo que tú dices ni mucho menos.

Por otro lado, está el que no quiere ir a cierta cadena de cines —en contra del resto del grupo— por que  no te gusta el tipo de gente que va allí, como si de verdad se pudiera etiquetar a las personas por el tipo de cine que frecuenta. No se vale no dejar que tu novia vaya con sus amigas a tomar café a equis lugar por que tú no puedes pagar un café de esos como si no supieras que la caridad del estado (es decir, el resto de los amigos) siempre completará la cuenta. No se vale manipular a tu novio para que no vaya con sus amigos mutuos a jugar gotcha por que a tí no te gusta que te salgan moretones, ni tampoco decir que vas tú pero te quedas afuera sabiendo que eso va a hacer que todos los demás se sientan mal por divertirse mientras tú miras. No se vale un día antes de algo que tenían planeado, decir que no vas por que te da flojera llegar al punto de reunión como si fueras el único de los asistentes que vive a dos horas de camino, como tampoco se vale decir que irás a algún evento, hacer que compren tu boleto y el día del evento nadamás no te aparezcas.

Mucho menos se vale hacer todo tipo de dramas y berrinches esperando que te ruegen o que las cosas salgan a tu modo. A veces se va a un cine, a veces al otro. A veces se paga por los demás y a veces se agradece que te acompleten para comprar algo o simplemente que te acepten el dinero que traes y compartan lo suyo. A veces harás cosas sin tus amigos y a veces ellos harán cosas sin tí. A veces las cosas no están a la vuelta de la esquina pero a esta edad pocos de nosotros elegimos a dónde vivir ¿Verdad? y no deberíamos dejar que la procastinación sea mas fuerte que nuestras ganas de hacer algo. Y a veces surgen imprevistos que son comprensibles, pero sólo así.

Igual y soy yo la que no se ha enterado de que los planes en grupo se hacen por razones individualistas en lugar de por pasar tiempo con ese grupo de amigos que por alguna razón del destino se lleva bien y no está reunido todo el tiempo que les gustaría.

Yo también tengo mis preferencias, como que me gusta más el trato que me dan en Cinemex, soy adicta a Starbucks, vivo a casi dos horas de prácticamente todo y encima me sobreprotegen demasiado por lo que me dan pocos permisos, pero no significa que nunca voy a Cinemark, Lumiere o Cinépolis si es más conveniente por el dinero o la función, que no pueda ir a otro café o ir yo sola por el mio si soy la única que quiere uno, que me moleste ir a algun lugar por la lejanía o que quiera que no hagan nada sin mi.

Si estoy mal, diganme, pero a mi me suena tan lógico que me sorprende que haya personas que no sean así.


Pd: Yo no sé si blogger cree que es divertido hacer que me tarde horas en cambiar de plantilla con el nuevo diseño, o dejar que haga bilis por que ahora mi blog es .mx y yo ni por enterada... sinceramente sucks big time.