Por andar de habladora conque mi transtorno no me ha molestado desde que Loui y yo empezamos a salir ya bien, últimamente tengo las emociones por todo el lugar. ¿Les ha pasado que tienen muchas cosas entre los brazos, y se agachan a recoger una que se cayó, y se caen dos más? Eso se siente no estar bien con esta mierda de enfermedad. Es horrible porque te esfuerzas por acomodar las cosas en su lugar y entonces otra cosa te pasa y ahí vamos de nuevo.

El mes pasado, por ejemplo, me encabroné de más con el muchacho porque quedó de acompañarme a CU porque ando con los trámites de la titulación, después iríamos a comprar los boletos para un evento al que fuimos a Querétaro, y él tenía que ir al banco así que yo lo acompañaría a eso primero. Quedamos que me avisaría cuando viniera en camino porque el banco está un poco lejos de mi casa pero no como para pagar pasaje así que caminar hasta allá me llevaría un ratito, pero el muchacho me avisó cuando ya estaba allá y no sé por qué me dio un montón de coraje, aparte yo estaba ocupada y tuve que dejar todo botado para salir pronto, y bueno. Encima de todo llegué y él no estaba (había ido a pagar algo al Sanborns de enfrente), y pues más me enojé. Así que ahí andaba, con mi carota, esperando que le tocara pasar y, dato curioso, el niño también se pone de malas si tiene hambre, así que por eso cuando empezó a insistir que qué tenía y que no entendía por qué me ponía así, y le contesté que porque no considera que yo también tengo cosas que hacer, me soltó un “yo no te dije que vinieras”.

¿Ouch? Obviamente más me enojé y le dije que entonces qué chingados hacía ahí y me fui. Ya, me di cuenta que exageré cuando ya llevaba como un kilómetro de distancia y el orgullo no me dejó regresar, así que me fui sola a CU. Después me marcó queriendo pasar por mí para ya irnos a CU, pero no me había ido a mi casa como él creyó sino que ya iba a medio camino ¿No? El punto es, para no hacerles el cuento largo, que al final me alcanzó por allá. Ni siquiera se enojó. Al contrario, cuando llegó lo primero que hizo fue abrazarme sabiendo que lo necesitaba. Nunca me había dicho algo tan feo, y aunque en realidad quiso decirme que no me había dicho que fuera con él inmediatamente el traductor defectuoso de mi cabeza sólo escuchó lo que le dio la gana y me pasé todo el día inconsolable por eso.

Fuimos a comer y luego a comprar los boletos aquellos y él me quería invitar un café para hacerme sentir mejor, aunque yo no quise porque es como si me premiara por dejarlo botado y me sentía super mal por haberlo dejado así, de hecho le terminé invitando un raspado a la fuerza porque le gané a pagar jaa, pero el niño se pasó la tarde haciéndome sentir mejor A MI. Que sí, me hacía falta, pero salos cielos ¿Cómo rayos es tan condenadamente lindo?

Pero por esos días no fue lo único. Normalmente vamos juntos a hacer pagos y ese tipo de cosas nomás por pasar el tiempo juntos, y un día antes de lo del banco Loui sugirió ir por los boletos en lo que yo hacía mi trámite para ahorrar tiempo, y eso y que fuera a pagar al Sanborns sin mi por supuesto que me supieron a que ya no quiere pasar el tiempo conmigo. Dos o tres días después de lo del banco me fui a su casa un rato para terminar de ver Vikings pero me avisó que se retrasasaba en pasar por mi porque estaba “esperando algo” y pues, equis. El punto es que estando allá se puso a abrir un smart watch que había comprado por internet, aparentmente el algo que esperaba, y yo no estaba enterada de que fuera a comprarselo cuando normalmente se la pasa hablando de las cosas que le gustan en mercado libre, aunque ni se las compre. Ah, y se llamó del teléfono de su casa para probar que servía cuando otras veces me dice a mi que le llame… y pos mi cabeza ya saben, dijo que 2+2 daba cinco y que ya no me quiere. ¿Por qué? Pues no sé, porque así funciono, el más ligero cambio de comportamiento hacia mi me sabe a que van a dejarme. Aparte estaba entretenido con su cosa esa y me sentí ignorada y esa es otra de las cosas que me ponen mal.

El problema es que ese hombre me conoce como la palma de su mano y luego luego se dio cuenta de que me había dado el bajón. No solo me abrazó como media hora haciéndome cocowash de que sí me quiere para que se me quitara, sino que al otro día me desperté con mensajitos suyos

“Hola corazón ¿Cómo amaneciste? Te escribo para decirte que te quiero y que quiero estar contigo, para contradecir a la vocecita dentro de tu cabecita”

Así me estuvo mimando por días para que me sintiera mejor. No sé de dónde saca su infinita paciencia, pero yo en serio lo amo muchísimo. El otro día también me puse mal porque hice la certificación B2 del alemán y no lo pasé. Y lo peor es que me quedé a 4 chingados puntos nada más. Pfft. Ahí lo tienen, fallar es otra de las cosas que no soporto, y es que fue peor porque me enteré cuando estaba en el examen profesional de David, que me alegra mucho pero me hace sentir mal conmigo misma porque yo no tengo para cuando, y eso y que mi mamá no fue buena para hacerme sentir mejor y nomás se puso a echarme pleito por todo, argh, en fin, ese día me sentí de la chingada. Andaba llorando como Magdalena. Así que cuando me desocupé le dije que había tenido un mal día y que necesitaba un abrazo. Fui a su casa, cuando llegué había café y pan para cenar, me quitó los zapatos, me abrazó millones mil, cenamos, y luego me trajo hasta mi casa (a pesar de que era viernes en la noche y él se levanta más temprano en sábado).

Así que, pues sí, tengo pedos mentales, pero Loui es increíble y no me hace sentir mal por ello y eso me hace sentir aunque sea un poquito menos mal. Brazos que son refugio, y el mundo que creí que se caía resulta que sigue girando.

Luego les cuento otras cosas, como lo del viajecito y el cumpleaños, ah, y que ya tengo trabajo (más o menos), pero ahora tengo que terminar de terminar la tesis (?).

Ta-ta.