Mad sounds

No podía acabarse el año sin que hiciera un balance, en especial porque el 2017 fue un año particularmente extraño.

Enero-febrero y marzo fueron sobre mí misma y disfruté de eso enormemente. No fue divertido planearlo todo, y no estuvo libre de problemas, pero fue agradable, reconfortante y … no sé, llenador. Conseguí mi certificado de alemán, me gradué, completé el 14% de los créditos de economía…

Abril-mayo y junio fueron una montaña rusa emocional. Fue enamorarme de Loui y enfrentarme una vez más a la posibilidad de que siempre termine siendo la segunda opción, y entonces decirle a esa posibilidad que se jodiera, lo cuál si me conocen saben que es lo más valiente que he hecho en un rato.

Julio-agosto y septiembre fue conocer más a Loui, fue vivir al día sin saber qué pasaría al siguiente y también fue trabajar en mi tesis día sí y otro también. Tambén fue un poco amargo porque tuve que pausar mi segunda carrera y eso hirió mi ego, pero de algún modo sé que fue lo mejor. También incluyó un pinche terremoto, por el amor de dios. Fue toda una experiencia, me sentí en un país completamente distinto durante un rato, y era genial saber que seguía siendo el mismo México. Ah, también es cuando comencé a ejercitarme, yay por mi!

Octubre-noviembre y diciembre fueron… bueno, no estoy segura todavía. Ha sido un reto tratar de encontrar el balance entre mis amigos, mi familia, Loui y mi tesis. Ahora sé que mi tesis estará terminada algún día, quizá pronto, pues ya tengo más de la mitad, aunque aún hay mucho estrés al rededor de ella. También he visto a mis cocos más a menudo lo que me hace muy feliz dado lo mucho que los adoro. Nos vimos de nuevo en el cumpleaños de Sofía y vimos Star Wars. Ahora tenemos planes para vernos el 15 de enero y partir la tradicional rosca, una reunión que ya se volvió tradición a partir de que en cuarto año de prepa lo hicimos por primera vez. Eso significa que nos veremos una vez al mes durante tres meses en una ronda: Yay!

Mi familia pues… ya les digo que no sé qué tanto dure la abuela, y decidí disfrutar mi familia tanto como pueda mientras aún está ella, una vez que falte estoy segura de que podré contar con los dedos de una mano a los miembros de mi familia a los que les siga hablando. Y he estado ausente de muchas cosas últimamente por la tesis y Loui, así que decidí estarlo al menos en estas fechas. Mis primos de Jalisco vinieron a visitar (incluido Luis, que saben que es mi favorito :3) así que pasamos navidad con mi madrina, el cumpleaños de la abuela en la casa con la tía Maria y visitamos a mi tía Sara. Tal vez pasemos año nuevo con mi tia María, o aquí en casa, aún lo ignoro jaa.

¿Y Loui? Pues… bueno, él en verdad es maravilloso. Adoro cada día que pasamos juntos, adoro la relación que hemos construido y principalmente adoro lo querida que me hace sentir. Es la primera vez que tengo a alguien en estas fechas y descubrí que es divertido. ¿Sabían que me regaló chocolates Ritter Sport y un libro sobre Vladimir Putin? <3. Además, mañana vamos a ir a comer comida rusa en Kolobok con su hermana y su marido. My, my, ya les contaré en enero.

En fin. En realidad, cada trimestre de este año se sintió como una época completamente distinta, por lo que este año fue, en resumen, un tanto extraño. No conseguí todo lo que me propuse para este año, pero al menos sé que me acerqué, y tener tanta gente a mi al rededor que me quiere ha hecho las partes malas más soportables, así que ahí está eso. No fue muy mi año pero tampoco lo odié en absoluto. El 2018 pinta mejor… para empezar, por fin tendremos Infinity War. Y yo supongo que antes de mi cumpleaños ya tendré mi título. Y voy a retomar economía el próximo semestre (shh, don’t tell grandma). Ya estoy en el último semestre de alemán y a ruso sólo le falta un año… En fin, seguro será un buen año para mi. Ojalá para ustedes también, pequeños lectores fantasma.

Oh dear. Tengo tanto que contarles que ni sé por dónde empezar, así que supongo que empezaré en la premier de Thor Ragnarok, que a estas alturas ya sabrán que era obligada para mí y mi montón de ricos cocos. Lo diferente fue que esta vez incluí a Loui en el plan. Yo nunca había llevado lo que en nuestro grupito denominamos un “agregado cultural”, léase que nunca había tenido la necesidad de que mi pareja y mis amigos se llevaran bien hasta ahora y no saben los nervios que he pasado creyendo que no iban a salir bien las cosas, y bueno, estuvo tan cerca que todo se fuera a la mierda que creo que eran nervios fundados. Para ser sinceros sí llevé a Laura una vez, pero fue en plan mejor amiga así que no cuenta.

En fin, el punto es que quedé de verme con Loui antes de recoger a aquellos niños y fuimos a pasar el rato en la casa mientras teníamos tiempo a solas, y todo muy bien hasta que el señor empezó a preguntar por mis ex parejas y a decir verdad yo ya pasé de aquellos, y como estábamos en el arrumaco y SU ex es algo de lo que no me gusta hablar cuando estamos así, no quise realmente hablar de eso, pero el niño es insistente así que sólo le dije el resumen: que mi segundo nombre es segunda opción pero que ya estaba acostumbrada a lo que él empezó a decirme que no dijera eso, que con él no era así y bueno, el “sí, tú” se me escapó.

Les juro que yo planeaba dejarlo ahí, pero ya les digo que el hombre es insistente y no me dejó en paz para que le dijera por qué lo decía hasta que le solté que por lo que hablamos en junio. Ya se imaginarán lo incómodo que se puso el asunto, en especial porque estabamos sólos. A él la verdad creo que lo agarré con la guardia baja y sólo atinó a abrazarme y decir que eso le pasaba por no poner las cosas en claro y que tenía razón, pero yo no sabía en qué se supone que tenía razón y si era en lo de segunda opción pues… ouch. Ya me iba a poner a llorar ahí así que me huí del abrazo y fingí que tenía que apurarme.

Bueno, no fingía del todo, eso pasó cuando ya teníamos que irnos así que cuando dejamos de hablar ya era tardísimo para pasar por aquellos niños. Tenía no sé cuántas llamadas perdidas de Guiomar, Cristal estaba perdida, y la mitad de algún modo ya estaba en el cine. Creí que iban a matarme. Y Loui se quedó mudo cuando regresé, sólo me dirigió la palabra para contestarme que no cuando le sugerí que no llevara su mochila, porque eso me sabía a plan de escape, así que ya se imaginarán que yo estaba al borde de la histeria. En realidad no hablamos en todo el camino al metro, y cuando llegamos sí me dijo que tal vez lo mejor era que se fuera pero lo hablamos un poco y se quedó. Eso me gusta mucho de él, siempre podemos hablar. A decir verdad creo que lo herí un poquito al haber dicho que me hacía sentir segunda opción, pero ¿Saben una cosa? Ni siquiera es él, es la situación. Es no saber. Es sentir que siempre tengo que estar moviendo cielo, mar y tierra para que las personas se queden a mi lado, es sentir que si doy un paso en falso, no importa cuántos haya dado por el buen camino, game over. Es no obtener el “Mirie, you’re amazing, quiero estar contigo”.

En fin. Decidimos que lo hablaríamos en la noche y fuimos por aquellos niños, que ya me habían visto llegar y seguro quería matarme con más razón todavía. Loui y yo seguíamos raros en el camino al cine pero una vez ahí casi toda la extrañeza se había ido, seguía el elefante blanco en la habitación y yo no quería que se acabara la película por no llegar a tener conversaciones que tal vez no quería tener, pero aún así me la pasé muy bien en el cine y en la casa cuando terminó la película. No lo hablamos ese día, pero nos besamos hasta quedarnos dormidos así que hasta logré dormir más o menos decentemente, cosa que no sucede cuando algo me sienta mal.

Al día siguiente si lo hablamos, lo más que se pudo porque ni Loui ni yo sabemos qué onda con nuestra vida aparentemente, ja, pero sí, aunque ustedes no lo crean y contra todas las probabilidades… parece que esta vez sí soy la elegida. Dije lo que sentía y Loui prefirió quedarse conmigo, sin peros, sin en caso de, sin Lorenas, sin excusas. No saben lo feliz que estoy. Diría que casi tanto que puedo morir ahora, pero considerando que el otro día me desmayé  y sigo sintiendome mal de repente, creo que mejor no tentaré a la suerte. Lo único que me falta es morirme ahora que por fin conseguí que alguien me elija ¿No?

Suena como algo que me pasaría a mi.

Bah, no es nada, fui al doctor y aparentemente es el estrés… de qué, es algo que me gustaría saber, pero supongo que de la tesis porque no haga nada productivo con mi vida además de eso. Según yo iba a terminar por estas fechas y sí me pega un poco que apenas llevo la mitad, pero sé que no me he estado haciendo pendeja (aunque mi mamá opine lo contrario) y ya saldrá cuando tenga que salir. Por cierto que en esa ocasión Loui vino de sorpresa después del trabajo a ver cómo estaba, con todo y que justo era el día más pesado para él, así que no saben cuánto más lo adoré por eso.

¡Ah! Y el montón de ricos cocos no quiso matarme después de todo, y aunque por obvias razones estuvimos un poco en nuestra burbuja esa noche, al día siguiente fuimos a desayunar con Sofi, Arishaí y Chivito, así que son los que convivieron más con Loui, y todos se cayeron bien, hasta ya lo echaron de menos porque no irá a la premier de Star Wars con nosotros y también me tiene muy contenta que lo adoptaran tan rápido. Ahora mi único problema es que esto es la dimensión desconocida y yo no sé cómo funciona y que alguien me explique. HALP.

Soursweet

Últimamente no sé cómo le hace la vida pero odio todo un poquito aunque en general estoy muy… bueno, en español la palabra es contenta, pero eso me sigue sonando a feliz así que lo dejaré en el Zufrieden alemán, que se traduce como satisfecha y aunque tampoco es del todo la idea, se acerca más a lo que siento.

Estoy tragando un poco de orgullo y puedo confirmar que entre más grande, más amargo, así que por supuesto me sabe a billis. Resulta que como la mayoría de las cisañozas de mis queridas tías no terminó una carrera, no pueden con la idea de que yo esté estudiando dos con el dinero de su mamita así que ya le metieron ideas y no me han dejado inscribirme a economía este semestre. La excusa fue la tesis, pero seguro después de eso será el trabajo. En fin. El punto es que con todo el dolor de mi corazón he tenido que hacer mi trámite de baja temporal y aquí estoy.. Me he propuesto que sólo sea este semestre, pero a ver que tal resulta eso. Más me vale que bien porque apenas tengo el 14% de la carrera y ya quemé una de dos oportunidades de meter baja temporal. Me desespera muchísimo porque desde quinto año de la prepa estoy acostumbrada a hacer un montón de cosas a la vez y ahora estoy prácticamente de ni-ni, en especial porque hay momentos en que ni la tesis siento que avance, y lo odio como no tienen idea.

Con la tesis en realidad no me está yendo del todo mal. 27 cuartillas en poco menos de tres meses cuando había escrito 5 en un año no es nada deleznable, pero estoy sufriendo porque mi tema es mucho más grande de lo que pensé, y hace dos semanas que leo y leo y nada que escribo, y todavía no estoy segura de cómo acomodar toda esta maraña de ideas para que tenga sentido. Sigh. En fin, la verdad no está del todo mal, no todos tienen la oportunidad de ser tesistas de tiempo completo y cada vez es más obvio que necesito ese título cuanto antes mejor. La abuela cumple 87 este año y con la familia que me cargo, en donde falte voy a estar en serios problemas.

Creo que sólo no he perdido la cabeza porque las cosas con Loui siguen yendo bien, a pesar de que ya entró a la escuela y de repente ya es un manojo de estrés con el trabajo y todo. Mi cumpleaños fue como un upgrade en la relación: éste año no hice nada especial pero él me acompañó a comprar mi pastel y eso, y la conversación que tuvimos esa noche me hicieron el día. No lo voy a repetir, sencillamente digamos que dijo que logré rasguñar su coraza. La semana siguiente fuimos a Six Flags con su hermana y su sobrino. Aunque no me presentó como nada en especial, tengo la impresión de que atesora a su familia lo suficiente como para que no sea cualquier cosa que me llevara con él. Y el paseo me gustó mucho, aunque fuera por no quedar como una boba me animé a subirme a todos esos juegos a los que nunca me había atrevido y la verdad fue divertido. Cuando regresamos me dijo que me quiere. Luego del embrollo del día de su entrevista no habíamos vuelto a decirlo, salvo una o dos veces por escrito y en inglés. Desde entonces sale a menudo, y me agrada porque como técnicamente no me debe nada, es tranquilizante no tener que estarme preguntando lo que siente por mí. Muy mucho.

Nos vemos seguido, al menos una vez a la semana, y platicamos diario. A veces lo acompaño a su escuela y de hecho he estado escribiendo mi tesis mientras espero a que salga de clase, y no saben la gracia que me hace que escribo una tesis para la FCPyS de la UNAM en la UPIICSA del IPN. Me siento super clandestina y eso es muy divertido. En fin. Definitivamente ha sido un rodeo, pero el punto es que nos llevamos muy bien, y me alegra cuando no tengo mucho ánimo. Estoy tratando de vivir al día y no hacer muchos planes (cof, ilusiones, cof), por aquello de que él tiene equipaje y yo ya aprendí la lección de que eso es algo que sólo puede arreglar sólo, pero yo lo quiero mucho, y me alegra lo que sea que tengamos por el tiempo que lo tengamos.

Es geht.

Nunca he tenido novio con el propósito de casarme, yo sólo quiero que me quieran. Ven acá, bésame, quiéreme y no me embaraces. ¿A qué edad comienza uno a pensar en eso? ¿O es algo que sólo pasa cuando sales con alguien el tiempo suficiente? Sofía y Arishaí están casados en mi diccionario desde 2011, sin boda ni nada, pero yo no puedo mantener a alguien a mi lado por más de siete meses ¿Qué me hace pensar que alguien va a estar lo suficientemente loco para casarse conmigo y formar una familia? De todos modos: ¿Por qué me gustan tanto esas mierdas de novela romanticona? ¿No es vida la vida sin ellas?

¿Que por qué me estoy preguntando todo esto? Bueno… Para empezar, el próximo domingo cumplo 25 años. Todavía en la prepa decía que quería casarme a los 25 y tener hijos a los 27. Ahora me rio muchísimo. Aún si tuviera a alguien, justo ahora nomás no. Necesito terminar la tesis y conseguir un trabajo por si no tarda en terminárseme lo que yo llamo la beca abuela, pero aún si no, lo que quiero es entrar en el Servicio Exterior Mexicano, donde una vez que entras es hacer carrera ahí por siempre, excepto que no quiero trabajar en un mismo lugar toda la vida así que necesito al menos un trabajo antes de eso, en el sector privado de preferencia. ¡Ah! Sin mencionar que quiero terminar economía, así que tendría que trabajar y estudiar en paralelo. Casarme no cabe en esos planes por donde le busque.

Pero en realidad la culpa la tiene Loui. Resulta que lo que pasó con la tal Lorena (aunque estoy segura de que hay más en esa historia de lo que sé) es que ella quería una familia, y él lo que quiere es hacer su doctorado, conseguir renombre, irse a otro país, ya saben, dejar marca en el mundo. Yo lo entiendo, pero ella no lo hizo, así que terminaron. En menos de un mes la tipa ya tenía otro novio, y en nada ya tenían un hijo (A eso le llamo ir por lo que quieres ¡Ja!). Por eso Loui no quiere nada serio conmigo, sabe lo que quiere y si no estaba dispuesto a renunciar a eso por ella,  a quien se ve que adoraba, no va a cambiar de opinión por mí, que soy yo y mi segúndo nombre es Opción B. Enterarme de todo eso me puso a pensar en qué tan dispuesta estaría a renunciar a tener una familia si Loui y yo fueramos algo (que no lo somos).

Tampoco es que quisiera que él cambiara de opinión. Este año vi una película sobre Yuriy Gagarin en la que su mujer trata de hacer un complot para que él deje ese “sueño loco” de ir al espacio. Cuando era lo que el fulano más queria en el mundo. Me enojé tanto que hasta lo tuiteé. También es la razón por la que odio a Pepper Potts desde Iron Man 3. Sí, quizá ya estaba rayando en lo obsesivo, pero fabricar armaduras era el modo de sobrellevar las cosas de Tony y ella lo obligó a deshacerse de ellas si quería que siguiera a su lado. Seriously?
Yo no podría, al contrario, soy la primera en la fila de porristas. El problema es que… Siempre he querido una familia. No mañana, no en tres años. pero la querría, y eso del renombre tampoco son enchiladas. Quizá porque mi familia se fue al carajo cuando ya tenía edad para notar la diferencia entre el antes y el después y me gustaba cuando eramos una familia. No sé si esa es una razón válida para querer una familia, pero tan es así que mi hombre ideal sería alguien super cercano a su familia, así quizá podrían adoptarme en ella. Aunque últimamente también he pensado que no estaría mal ser el primer eslabon. De todos modos hace tiempo que para mí mi verdadera familia son mis coquitos.

El punto es que siempre he planeado tener hijos. Yo no pasé por esa etapa que parece natural en las mujeres de odiar a los niños. En ocasiones, cuando mis primos pequeños nos visitan y veo que mi tía Sara quiere volverse loca sí me he planteado si tres hijos son too much y tal vez podría conformarme con dos, pero hace siglos que planeo tener tres, incluso me gustarían dos hombres y una mujer, y hasta tengo los nombres también desde forever (aunque estoy dispuesta a negociar con el papá). Excepto que no siempre he visto en mi futuro al susodicho papá. Me gustaría, sí, por supuesto, pero vamos, con mi historial familiar y amoroso en realidad me he planteado varias veces que si a los 35 no tengo perro que me ladre buscaré embarazarme como lo hizo mi mamá. Podría aplicar la de Miranda Hobbes y decirle a un chico que me guste mucho: Oye, quiero un bebé, y ni siquiera tienes que hacerte cargo. O adoptaré; porque la última vez que fui al ginecólogo descubrí que tengo alta una hormona que dificulta el embarazo, además de un par de quistes que aunque pueden ser normales también pueden no serlo y que no he podido revisarme. Ja. No sigan mi ejemplo niñas, vayan al maldito ginecólogo.

En fin. El punto es que nunca me había planteado no tener hijos. Tampoco estaría tan mal, considerando que dada mi elección de carrera siempre me he visto como la típica madre que apenas pasa algo de tiempo con sus hijos, aunque les de todo lo que pueda darles. Seguramente me reclamarían por no pasar tiempo con ellos, y más si no tienen padre, y mi mamá siempre me ha amenazado con que ella no va a cuidarlos por mi y lo triste es que le creo. Ja. Entonces… no sé, tal vez no tener hijos haría todo más fácil. La pregunta es si estoy bien con esa perspectiva.

En realidad, la verdadera pregunta es por qué me hago tanto lío por algo que no va a pasar. Loui y yo seguiremos como estamos hasta que se vaya de intercambio, si bien nos va, y entonces a otra cosa mariposa. Pero para eso todavía tenemos que sobrevivir al estrés de volver a clases, ya les contaré en otro post porque esto ya parece la biblia: siento haberlos hecho leer tanto, pero me entró una perra curiosidad cuando descubrí que nunca me había planteado no tener una familia. ¿Ustedes se han planteado las dos opciones? ¿O siempre han visto una sola cara de la moneda como yo? ¿Estarían dispuestos a renunciar a sus sueños por alguien a quien quieren?
Si hay algo que está jodido en nuestra época es dating. Odio el dating con sus reglas tontas, principalmente porque soy un barril de vicios y amor y el juego de ver who gives the less fucks no es para mí. Ahora he descubierto algo que odio todavía más que eso: nunca saber nada. Tal vez sólo debí haber nacido en otra época. En tiempos de mi mamá besarse una vez era suficiente para saber que eran algo. Una relación consistía en ir por la leche acompañada y que llevaran el bote por tí.Ibas por la leche el tiempo suficiente para saber que querías ir por la leche al lado de esa persona el resto de tus días (o terminabas alérgica a la lactosa, como quiera).

¿Hoy? Hoy puedes salir con alguien durante dos meses, decirle te quiero, hablar todo el día, conocer a sus amigos, acompañarlo a cosas importantes y no tener idea de qué son porque no han tenido la conversación. Peor aún. Pueden tener la conversación y decidir que no va por ahí, pero que ya que se están divirtiendo podrían seguirse viendo. Ser, pero no ser. ¿Cuál dilema?

Conocí al susodicho a medidados de Abril. Se llama Luis y tiene 28 años, estudió una ingeniería en sistemas inteligentes en la UAEM y ahora está en proceso para entrar a la maestría en el IPN. No hablaré de cómo nos conocimos, basta decir que hicimos click de inmediato. Hablábamos sin parar, comenzamos a salir y hubo chispas por todo el lugar. El hombre es alto, aunque no necesito una banqueta para besarlo. Moreno, guapo, brazos definidos y me aguanta sentada en sus piernas. Podría besarlo todo el día, y como si fuera poco es caballeroso y divertido, hasta entiende algo de alemán. Vaya, mandado a hacer. Imposible no enamorarse.

La primera vez que nos vimos fuimos al cine. Me besó hasta que terminó la película, luego un poco más en su camioneta. Quería que nos pasáramos a la parte de atrás, y mierda si yo no, pero ya le veía cara de prospecto para entonces así que: decencia, Mirie, decencia. Me llevó a casa. Es el primer prospecto que tiene auto y me deja en casa siempre que salimos. Oh la la.

La segunda vez me presentó a sus amigos de toda la vida. Fuimos por café, y luego por más café ¡Ja! Pregúntenme si no me he divertido. Además, ambas cafeterías estaban muy coquetas y sus amigos son divertidos también. La siguiente vez fuimos a una obra de teatro al mismo lugar donde tomamos café la segunda vez. De las obras más chistosas que he visto, una abuela pervertida enseñando a su nieta calenturienta a cuidarse. Y los besos entre las risas.

Después perdí la cuenta de cuántas veces nos vimos. Fui por el a la escuela en varias ocasiones. La primera fue muy divertida, sólo planeaba pasar, besarlo y seguir mi camino a casa; UPIICSA me queda de paso. Pero me convenció de entrar a una clase de maestría con sus amigos mientras él salia de su clase, porque no me dejaban entrar a la suya. Super divertido, también. El profesor se parece muchísimo a un profesor vaca sagrada de mi facultad (es decir, de la FCPyS) y además era un encanto el hombre. La clase muuuy buena, muy motivacional, nos invitó un café a todos (sí, hasta a la metiche). Después me dejaron en casa. Por cierto que aquél día estaba en la depresión total por la tesis, mi primo Daniel me metió presión, mi mamá se quejaba por aquel entonces de que Loui (así lo llamo de cariño. porque le gusta el francé)  me iba a distraer de la tesis que no he tenido ganas ni tiempo de continuar y la clase motivacional me pegó otro poquito. Loui por supuesto me hizo sentir mejor. French Navy en mi cabeza.

Fui por él al día siguiente, y lo esperé hasta que salió. Me dejó en la sala de cómputo y decidí apurarme con la tesis; hice más ese día en las dos horas que lo esperé que en los dos meses anteriores. Para entonces ya estabamos diciendonos apodos como honey y sweetie, y ese día en la noche me dijo que me quería, aunque en inglés. Lo dijimos en todos los idiomas menos en español durante un buen rato. ¡Ah! Un sábado me dormí mientras platicábamos y le conesté como a las cinco de la mañana que mi reloj biológico me despertó, y la conversación todavía me mata.
--Oye ¿Me haces un favor?
-- ¿Dejar de escribir a horas indecentes?
Jajaja ¿Por qué siempre me hago reír sola? En realidad el niño sólo quería servicio de despertador (thanks god). 

En otra ocasión ibamos a vernos un viernes, y el jueves en la noche pasó a mi casa después de la escuela. Nos vimos ¿Qué? ¿Quince minutos? Adoré que no pudiera esperar por verme. Teníamos examen el mismo día y él estaba súper nervioso. Siempre se preocupa demasiado. El señor vivió en Chicago un tiempo y tenía miedo de reprobar el examen de inglés, ja. En fin, fui por él porque mi examen terminaba cuando empezaba el suyo y de ahí nos fuimos al cine de nuevo. Vimos Alien, nos la pasamos riendo, no la vi del todo en realidad.

Ahí dejó de ser película romántica y se convirtió en tragicomedia. Ya les digo que el muchacho se preocupa demasiado por entrar a la maestría, y se ha estado sintiendo mal desde que está en el proceso de selección. Pero mal en serio, ya saben, dificultad para respirar, dolores de cabeza, en fin. Un día me asustó llamándome cuando estaba en clase y sonando raro; resulta que se sentía mal. Me salté una clase para ir a verlo, de sorpresa por cierto porque no le avisé. Nos la pasamos bien: no tuvo clase al final y lo acompañé a la enfermería de su escuela, hasta tuve que dar sus datos y me sentí bien por saberlos. Luego nos fuimos a echar en el pastito de las canchas y hasta nos hicieron bullying gritándonos “Baia baia” desde afuera por estar en el arrumaco jajaja. Ya me había dicho te quiero en español, ese día yo se lo dije en vivo. Adoré su reacción.

Al otro día de eso fuimos con sus amigos a comer comida japonesa cerca de la UAM Iztapalapa, donde estudia Maldad por cierto, estuve a nada de presentarlos, pero Loui se empezó a sentir mal y terminó siendo la comida más incómoda de la vida. Sus amigos platicando, él ignorándome y yo sin saber que hacer para hacerlo sentir mejor (con lo que adoro cualquiera de esas dos cosas). Me concentré en comer y en sobar su brazo para confortarlo, si de algo servía. Después se sintió mejor y nos lanzamos al cine a ver Latin Lover (lol ); nos la pasamos bien al final de cuentas, pero meh, su distancia de ese día me pegó un poquito por aquello del rechazo y eso no ayudó mucho.

Después empezaron las discrepancias. Una noche, pocos días después, estábamos platicando e hice una broma sobre que le iba a dar el patatús. No creí que se lo tomara a mal pero se enojó muchísimo, me dijo que no sabía lo feo que se sentía como para que lo tome a broma y además se lo recordara cuando era algo que quería olvidar. Bueno, yo no tenía idea. La pelea me afectó, a pesar de que lo arreglamos al otro día. Había quedado de ir a verlo y le pregunté si aún quería que fuera, como dijo que sí fui y lo esperé y nos la pasamos muy bien en el camino de regreso. Hasta ibamos a comer pizza enfrente de mi casa pero llegamos muy tarde y ya no quisieron atendernos. 

Al otro día me dijo que teníamos que hablar, pero yo estaba durmiendo así que no hablamos hasta el día siguiente y en realidad sólo me dijo que me diría cuando nos viéramos. Eso no pasó hasta la siguiente semana. De hecho, la parte graciosa es que desde la vez que fuimos a las dos cafeterías tenía en la cabeza Do I wanna know? de Arctic Monkeys, sin ser de las canciones que escucho a menudo. A partir de aquí se volvió el pinche soundtrack de la relación. Para entonces todavía discutimos otra vez, porque hablar con él de repente es como picar a un oso con un palito: nunca sabes si va a mover la oreja de gusto, o a sacarte las garras. Le hice DOS preguntas sobre como iba con la tarea y me dijo que si sólo iba a hablarle de eso mejor hablaramos después. Por supuesto sentí feo, y él trató de arreglarlo, así que aunque nos mandamos a volar mútuamente esa noche al final volvimos a estar bien al otro día.

Como podrán ver no siempre nos llevábamos tan bien. Muchas veces no sabíamos qué estaba diciendo el otro, terminabamos teniendo que explicar los chistes. Tampoco tenemos demasiados gustos en común a pesar de que nos gusta la misma música y él no es fan del café. ¿Me ven saliendo con alguien a quien no le guste el café?; A veces también hacía bromas que no eran muy apreciadas, como decir que mis zapatos altos eran de teibolera, me hacía sentir mal si decía groserías (y digo muchas), y adora decirme el menú de lo que comí en el día cuando me besa. Sin mencionar sus arranques por los que llegamos a discutir, que seguro iban a continuar cuando entrara a la mestría. Creo que la mayor parte de su encanto conmigo es brains. 
El viernes de esa semana lo acompañé a dejar un papel en su escuela, luego fuimos al cine a no-ver la momia; saliendo de la película nos quedamos un rato en los sillones, reímos un rato, me enseñó fotos de su família y ahí le pregunté qué iba a decirme. No quiso decirlo, dijo que nos fueramos caminando y yo supuse que quería decirlo en casa. Afuera había llovido mucho y él no tenía chamarra así que ese fue el pretexto para no decir nada tampoco cuando llegamos. Al llegar a su casa me dijo que el lunes nos veíamos para hablar ahora sí. Ok. Sonaba mal.

El lunes tenía una entrevista para ver si lo aceptaban en la maestría. Se veía muy guapo. Pasó por mi y nos fuimos un poco callados pero llegando allá me plantó un beso. Entramos y hasta el portero se burló de mi, siempre había entrado sin problemas y ese día me pidieron identificación y todo. Llegamos muy temprano y pasamos la hora que faltaba abrazados, mientras él me explicaba lo que no entendía (casi todo) de una lista de proyectos que estaba leyendo para darse ideas con la tesis de la maestría. Luego se fue a su entrevista. Lo besé y le desee buena suerte. Impresionó a los entrevistadores con aquello de que fue a presentar su tesis de licenciatura a una conferencia en Cancún. Está muy padre lo de su tesis, leí un artículo sobre ella y resulta que es un prototipo que permite traducir lenguaje de señas a texto mediante pattern recognition. Nos fuimos a la camioneta y nos besamos un rato, luego pasamos por sus amigos y nos fuimos.

Cuando llegamos a casa comenzó a hablar, que había dicho algo en la entrevista sobre ser honesto y que me estima mucho pero que no así y, bueno, en realidad dejé de escucharlo. Algo sobre que era más difícil para él que para mi (ja) porque soy una linda persona y que todavía le vienen recuerdos de su ex. Tampoco quise oír la historia, si es que planeaba compartirla, pero parece que es algo como lo de Alejo y yo. La tipa ya tiene hijo con otro y Loui la sigue extrañando según parece. En fin, no supe qué más decir. Estaba bien, aunque lo odié un poquito porque el viernes iba preparada para esa conversación, pero para el lunes ya había albergado algo de esperanza, aunque hasta yo había notado que llegado un punto dejó de ser todo miel sobre hojuelas. La verdad me hundí en mi propia miseria ese día. Le agradecí por ser sincero, me abrazó, me besó la mejilla (me mata con su ternura, siempre está besándome la cara…) Prácticamente lo dejé hablando, me metí a mi casa. Todavía me preguntó si seguía viva cuando llegó a su casa.

Cuando dejé mi propia auto compasión al día siguiente me di cuenta de que en realidad no estaba tan mal. Tratando de ver el lado amable, tal vez el universo no se burla de mí poniéndo personas maravillosas en mi camino sólo para quitarlas de mi alcance, tal vez sólo ya era hora de que me hicieran sentir así de bien aunque sea por un rato, aunque sea si al final del día no podemos estar juntos. Le llamé y le dije que podíamos seguirnos viendo, después de todo los dos nos estabamos divirtiendo en otros aspectos, si saben a lo que me refiero.

Desde entonces hemos seguido hablando, no diario como antes, pero en el mismo tono; al menos aún reímos por horas al teléfono, con lo que yo odio el teléfono y todo. ¿Me rompe el corazón? Sí, un poquito, me habría gustado que funcionara, pero en realidad estoy satisfecha con las cosas como están. Un día dejará de ser divertido, o él o yo encontraremos algo mejor y terminará. Quizá quedemos como amigos, quizá nos perdamos la pista. Pero estoy segura de que un domingo por la mañana leeré en el periódico que está haciendo algo importante, y podré sonreír y decir “Oigan, yo salía con éste hombre” y quedarme con un buen sabor de boca.

¿Ya maduré?


Have you got colour in your cheeks?
Do you ever get that fear that you can't shift
the type that sticks around like something in your teeth?
Are there some aces up your sleeve?
Have you no idea that you're in deep?
I dreamt about you nearly every night this week
How many secrets can you keep?
'Cause there's this tune I found that makes me think of you somehow and I play it on repeat
Until I fall asleep
Spilling drinks on my settee

(Do I wanna know?)
If this feeling flows both ways?
(Sad to see you go)
Was sort of hoping that you'd stay

(Baby, we both know)
That the nights were mainly made for saying things that you can't say tomorrow day

Crawling back to you

Ever thought of calling when you've had a few?
'Cause I always do

Maybe I'm too busy being yours to fall for somebody new
Now I've thought it through

Crawling back to you

So have you got the guts?
Been wondering if your heart's still open and if so I wanna know what time it shuts
Simmer down and pucker up
I'm sorry to interrupt. It's just I'm constantly on the cusp of trying to kiss you
I don't know if you feel the same as I do
But we could be together if you wanted to
El mes pasado fue mi graduación. Tuve muchos problemas tanto en mi casa con la abuela como con los organizadores del evento y sinceramente estaba más hasta la madre del tema de la graduación que emocionada por ella, pero al final me he divertido como enana. Jamás me sentí más querida e importante en la vida, salvo quizá en mi cumpleaños 18. Todos mis amigos estuvieron allí, me veía f-a-b-u-l-o-s-a (amé el vestido con pasión y locura, como cuando tienes un vestido favorito de pequeña y quieres usarlo hasta para dormir e ir a la escuela), y bueno, estaba tan contenta que nos corrieron a las cuatro de la mañana y yo no quería irme. 

Por cierto ¿Recuerdan que todo mundo me súper shippea con Carlitos? Bueno, mi abuela necesitó quince minutos de vernos juntos para que me ultra regañara. En serio, no bromeo, me llamó aparte de todos y me preguntó si Carlitos era mi novio, y ante la negativa me dijo que cómo era posible que me abrazara con él así y que sólo tenía que estar en brazos de mi marido y bueeeno, qué les digo, cosas del siglo pasado como esas. Esto ya es el colmo jajaja. Además, se la pasó observándonos TODA la noche. Parecía zopilote sobre animal moribundo. 

De hecho esa noche fue muy graciosa en cuanto a Carlitos y a mí. Estabamos extremadamente divertidos y sacados de onda con lo de la abuela, le pseudo enseñé a bailar, durante el Mariachi nos estabamos cantando… jo. Incluso en un momento algo decía la canción sobre terminar, y él de “Ay no u.u” y yo de “Si ni hemos empezado :/” y él de “Oh, es verdad :/” ¡Pfft! Condenado desmadre de relación tenemos ¿No? Incluso en la noche todos se quedaron en mi casa y se estaban burlando de nosotros por lo de la abuela, entonces Sofía trató de sacarle la sopa sobre qué tanto quería abrazarme y le contestó, pero en binario. Luego se aseguró de que supiera que quiso decir “9/10”. Ustedes saben que era 10. Eeeeeen fin. 

Algo que deliveradamente no les platiqué fue que Silvia, Cristal y yo no estábamos del todo en buenos términos. Resulta que existe una tipeja llamada Carla que iba con nosotros en la prepa y que decidió estudiar lo mismo que yo en el mismo lugar. Jamás fue mi amiga, apenas y la saludo. Por obvias razones también iba a graduarse al mismo tiempo que yo, el problema radicó en que en realidad hubo dos graduaciones de mi carrera, una en febrero y otra en marzo. Silvia y Cristal también son amigas suyas y aquella ya había decidido ir a la graduación de febrero, por lo que Silvia y Cristal comenzaron a darle dinero antes que a mí, pero después la fulana decidió que le gustaba más la idea de ir a la misma graduación que yo y ahí se fue todo a la mierda, porque Cristal no quiso pedirle el dinero de vuelta, y Silvia no quiso ser la única, así que en resumen: no irían conmigo a la graduación, pero equis, estarían ahí. 

Por supuesto ustedes ya me conocen y saben que para mí eso lejos de ser “equis”, constituía alta traición. Estuve enojadísima, apenas y podía verlas, en una ocasión en que sí nos vimos me puse pedísima por ese asunto…. bueh, fue el drama en turno. Y creo que esa era una de las principales razones por la que no estaba del todo emocionada por mi graduación. En realidad cayó en un día de esos en los que me siento adormecida, como si sólo me dejara llevar por la corriente y no fuera capaz de sentir.

Pero al final del día no estuvo nada mal ¿Saben? Cuando regresé de recoger mi reconocimiento y esas cosas cursies que pasan en la parte “principal” de la fiesta pero que en realidad ocurren prácticamente al principio, ya estaban ahí listísimas para felicitarme. Se quedaron un rato con nosotros y luego volvieron a su lugar. Más tarde Maldad me sacó a bailar y de algún modo terminamos bailando todos en grupito (lol.) al que después se unieron Cristal y Chivi. (Luego se anexó aquella y yo volví a mi lugar, pero esa soy yo haciendo berrinche).

Pasamos así gran parte de la noche, bailando en grupito, con Chivi y Cristal ignorándo a aquella olímpicamente por pasar tiempo con nosotros, máxime que la estúpida de Carla se lastimó un pie bailando y tuvo que quedarse en su lugar. En fin, me sé una mala persona por alegrarme y por estar feliz de que la ignoraran, pero ya saben cómo adoro sentirme la número uno en la vida de las personas y así me sentí en ese momento. 

 (Tell me that’s not the cutest picture ever)

Así es como logré que una noche que pintaba para ser una mierda resultara ser en realidad un gran día, del que probablemente me acuerde por un buen rato, y en el que me dí cuenta de que hay muchas personas que me quieren más de lo que yo creía. Tuve a toda mi familia allí. Es decir, la familia que me importa: Mi mamá y mis coquitos. Era un poco surreal vernos a todos así de sensuales y todos juntos. Creo que no podía pedir nada más.

… Vale, estoy mintiendo un poquito. Me la pasé pensando si debía invitar a Laura. Probablemente me iba a mandar a la mierda y probablemente yo estaría de acuerdo con ello, pero la idea no dejaba de rondarme la cabeza. Creo que siempre imaginé ese momento con ella y fue extraño que no fuera así. Pero bueno, así las cosas con esto de las enchiladas y los orgullos. 

Bat-Me and Roby

Tal vez por mi transtorno, tal vez porque sencillamente soy una zorra, pero el último año y pico me la he pasado de flor en flor, de ahí que realmente no haya hablado demasiado del amour con ustedes. Eso por supuesto cambió cuando conocí a Roby. Nos conocimos cuando fui arrastrada a un gamerbar de la Roma con el que yo no tenía nada en común mas que aquellos que me obligaron a ir, con engaños debo añadir.  Y allí estaba él, con todos los motivos para estar ahí. Hola, qué tal, qué asco de música ¿No? ¿Me das tu teléfono? Bingo.

Lo que empezó como algo casual pronto evolucionó a algo mucho más serio. Pfft. ¿Qué les puedo decir? Al parecer nos gustamos demasiado para dejar que fuera sólo algo casual. En realidad nos parecemos mucho. Incluso es más ególatra que yo, viva el egocentrismo. También es super leal, hasta me plantó en mi lugar después de su familia –mejor amiga incluída- desde el principio, pero de algún modo es refrescante escuchar las reglas del juego sin tener que descubrirlas. Además, me dice lo que piensa, y a mi me gusta la gente directa. ¿Su nombre? Roberto. Roby. I like it. Tiene 22.

Y es ALTO, en serio alto. Necesito tacones para estar con él y aún así puede rodearme los hombros con el brazo sin apenas levantarlo. Damn. Ugh, y besa que me derrite, maldita sea. La primera vez que me besó ya había algo entre nosotros, por mensajes obviamente, y yo no sabía si besarlo o saludarlo casual. Bueno, el señor fue directo por el beso, y no lo pude soltar hasta que noté que incomodamos al público involuntario jajaja. Tuvimos que recurrir al café para quitarnos las manos de encima. Los primeros besos luego de eso fueron al ritmo de Seven Nation Army y no sabía que esa canción podía sonar todavía mejor pero sí se puede. Nada mejor que unos besos con una buena rola de fondo.

El problema con Roby era que iba demasiado rápido. A la velocidad de la luz. Tenemos más de un mes platicando del diario, pero el niño me soltó el te quiero en un tris. Tenía una razón, por supuesto (dah, soy yo) porque tuvo un ligero traspie con cosas del trabajo y tener quién le echara porras le dio razones, pero… sencillamente no podía decirlo de vuelta, y me sentía una perra por desviar el tema cada que lo hacía. (Claro, hasta que el muchacho me tendió una emboscada y me llamó por teléfono, aunque sólo consiguió un “también” hasta bastante después). Lo interesante es que jamás se quejó. Su estocísmo y su insistencia finalmente dieron resultado eventualmente. Ni siquiera supe cómo o por qué, sencillamente salió.

En fin, entre eso y que me planeaba presentar a sus dos mejores amigos en la primera cita yo estaba por volverme loca, pero eventualmente encontró el freno. Y la verdad  es que me agrada bastante. Ahora resulta que oficialmente estamos saliendo, ya hasta les habló de mí a sus padres. Creo que es la primera vez que un chico le habla de mi a sus padres, al menos así. No sé, es divertido.
En realidad apenas y podemos vernos, entre las clases, mi tesis, su maestría y sus horarios Godín, creo que será novio de de vez en cuándo el sábado por la tarde, pero no me desagrada la idea. Los dos estamos contentos, supongo que es lo importante.

¿Qué tal su inicio de año? ¿Le ganan al mio? Lo dudo.

Edit:
Ésto estaba condenado a no funcionar por todo lo que ya les conté. Duramos como un mes, pero ha sido el break up más civilizado que he tenido, así que no quise borrar la entrada. No habría conocido a Loui de no ser por eso, así que tampoco me molestó del todo.