Eres una perra egoísta. Lo tuviste por ¿Qué? ¿9 años? Fue todo tuyo por los últimos tres. Pero tuviste que esperar a que pareciera estar feliz y enamorado para interesarte por él. Por supuesto se te hizo fácil. Porque no es guapo, pero tiene su encanto. Y a ti te atrae lo prohibido ¿No es cierto? ¿Se lo dirás alguna vez? ¿Que su único encanto era yo? Claro, no dejaba de hablar de mí, no dejaba de decir que estaba conmigo cuando tú querías algo de él. Antes siempre estaba disponible ¿No es cierto? Debió sentirse bien que me estuviera haciendo a un lado por besarte, que me borrara de facebook y corriera a decirme que se acabó y se quedara contigo. ¿Cuánto tardó en andar contigo? ¿Cuatro, cinco días? ¿Te lo pidió? ¿O sólo fue sucediendo, como conmigo?

Buena jugada esa, un abrazo rancio en el momento justo. Te apuesto lo que quieras a que tú ni siquiera lo recuerdas. ¿Pero él? Ja. Él era tuyo desde entonces, sólo se negaba a aceptarlo. Chistoso ¿No? Que el hecho de que lo dejara sólo una semana y un poco de alcohol fueron todo lo que hizo falta que se olvidara de todas las cosas que hago por él y de repente encontrara los huevos para darse cuenta de lo que siente por tí.

Seguro dejó de parecerte divertido cuando fuiste a su casa. Creo que sus papás son incapaces de ser groseros, pero ojalá no te hayas sentido bienvenida. Ojalá hubiera aunque sea confusión en sus miradas y te sintieras como la usurpadora que eres. ¿Sabías que hace menos de un mes yo estaba allí? En realidad creo que dejó de ser divertido muy pronto. Tú no querías lo mismo que él. Tú sólo querías la victoria, pero no te imaginaste que fueras a conseguirla tan fácil. Era un juego tonto y nada más. Pero él empezó con toda esa seriedad y estaba tan contento que no pudiste decirselo, así que te dejaste llevar. Te dejaste arrastrar en su idea de relación, porque era divertido y conveniente. Lo único que tenías que hacer cuando tú no tenías ánimo era poner una excusa tonta que él se tragaba enterita y luego olvidarte de él y hacer lo que te gusta. Irte de fiesta, beber, fumar, todas esas cosas que sabes que él no aprueba.

Por eso se volvió aburrido, porque era demasiado bueno y quería decirte qué hacer con tu vida, y cómo hacerlo, y darte dinero para lograrlo sin darse cuenta de que tu prefieres el agujero pótrido del que dices no saber salir. Él no se da cuenta de que eso es sólo lo que te dices a ti misma para sentirte menos responsable por tu mierda.

Demasiado, demasiado, demasiado. Fue demasiado para tí. Y en lugar de valorarlo, o de pensar en si lo estabas lastimando, sólo te alejaste. Te alejaste y lo empujaste de regreso, como alguien que rompe algo en un aparador y se preocupa de acomodarlo de nuevo en el mismo lugar, cuidando que no se note el desperfecto, para luego irse y seguir con su vida, como si nada hubiera pasado. Como si nadie fuera a pagar por ello en algún momento.