No podía acabarse el año sin que hiciera un balance, en especial porque el 2017 fue un año particularmente extraño.
Enero-febrero y marzo fueron sobre mí misma y disfruté de eso enormemente. No fue divertido planearlo todo, y no estuvo libre de problemas, pero fue agradable, reconfortante y … no sé, llenador. Conseguí mi certificado de alemán, me gradué, completé el 14% de los créditos de economía…
Abril-mayo y junio fueron una montaña rusa emocional. Fue enamorarme de Loui y enfrentarme una vez más a la posibilidad de que siempre termine siendo la segunda opción, y entonces decirle a esa posibilidad que se jodiera, lo cuál si me conocen saben que es lo más valiente que he hecho en un rato.
Julio-agosto y septiembre fue conocer más a Loui, fue vivir al día sin saber qué pasaría al siguiente y también fue trabajar en mi tesis día sí y otro también. Tambén fue un poco amargo porque tuve que pausar mi segunda carrera y eso hirió mi ego, pero de algún modo sé que fue lo mejor. También incluyó un pinche terremoto, por el amor de dios. Fue toda una experiencia, me sentí en un país completamente distinto durante un rato, y era genial saber que seguía siendo el mismo México. Ah, también es cuando comencé a ejercitarme, yay por mi!
Octubre-noviembre y diciembre fueron… bueno, no estoy segura todavía. Ha sido un reto tratar de encontrar el balance entre mis amigos, mi familia, Loui y mi tesis. Ahora sé que mi tesis estará terminada algún día, quizá pronto, pues ya tengo más de la mitad, aunque aún hay mucho estrés al rededor de ella. También he visto a mis cocos más a menudo lo que me hace muy feliz dado lo mucho que los adoro. Nos vimos de nuevo en el cumpleaños de Sofía y vimos Star Wars. Ahora tenemos planes para vernos el 15 de enero y partir la tradicional rosca, una reunión que ya se volvió tradición a partir de que en cuarto año de prepa lo hicimos por primera vez. Eso significa que nos veremos una vez al mes durante tres meses en una ronda: Yay!
Mi familia pues… ya les digo que no sé qué tanto dure la abuela, y decidí disfrutar mi familia tanto como pueda mientras aún está ella, una vez que falte estoy segura de que podré contar con los dedos de una mano a los miembros de mi familia a los que les siga hablando. Y he estado ausente de muchas cosas últimamente por la tesis y Loui, así que decidí estarlo al menos en estas fechas. Mis primos de Jalisco vinieron a visitar (incluido Luis, que saben que es mi favorito :3) así que pasamos navidad con mi madrina, el cumpleaños de la abuela en la casa con la tía Maria y visitamos a mi tía Sara. Tal vez pasemos año nuevo con mi tia María, o aquí en casa, aún lo ignoro jaa.
¿Y Loui? Pues… bueno, él en verdad es maravilloso. Adoro cada día que pasamos juntos, adoro la relación que hemos construido y principalmente adoro lo querida que me hace sentir. Es la primera vez que tengo a alguien en estas fechas y descubrí que es divertido. ¿Sabían que me regaló chocolates Ritter Sport y un libro sobre Vladimir Putin? <3. Además, mañana vamos a ir a comer comida rusa en Kolobok con su hermana y su marido. My, my, ya les contaré en enero.
En fin. En realidad, cada trimestre de este año se sintió como una época completamente distinta, por lo que este año fue, en resumen, un tanto extraño. No conseguí todo lo que me propuse para este año, pero al menos sé que me acerqué, y tener tanta gente a mi al rededor que me quiere ha hecho las partes malas más soportables, así que ahí está eso. No fue muy mi año pero tampoco lo odié en absoluto. El 2018 pinta mejor… para empezar, por fin tendremos Infinity War. Y yo supongo que antes de mi cumpleaños ya tendré mi título. Y voy a retomar economía el próximo semestre (shh, don’t tell grandma). Ya estoy en el último semestre de alemán y a ruso sólo le falta un año… En fin, seguro será un buen año para mi. Ojalá para ustedes también, pequeños lectores fantasma.