Obviamente no me había parado por aquí porque la maestría es un pinche torbellino y yo necesito clones. Alguien envíe ayuda, por favor. Bueno, ahorita ya no es tan necesaria, pero ese será tema de otro post porque por ahora sólo quiero contarles mis penurias. Quédense conque no creía salir con vida de este semestre porque acabé muerta. Mi mamá es como 100x más mi heroína ahora, no tengo idea de cómo le hacía para estudiar y trabajar.

La verdad es que sigo sin estar bien del todo. El otro día tuve mi mini break-down, y lo peor es que me puse así con Loui, en su casa. Creo que fue más o menos a propósito, me aproveché de que no estaban sus papás y abusé un poquito del alcohol sabiendo que no estaba bien y cómo me pongo cuando no estoy bien… aún así, la verdad me puse bastante peor de lo que creí. No habíamos comido muy bien y terminé vomitando hasta la cena de un día antes, y a pesar de que fui lo suficientemente consciente como para irme al baño a hacer mis desmadres, la verdad es que tengo pequeñas lagunas aquí y allá, no estoy 100% segura de todo lo que hice y dije ese día.  Pero bueno, al menos creo que me sirvió para hacer algo de catarsis y sacar un montón de cosas sobre él y Aline que todavía tenía guardadas. Sinceramente me aproveché de que podía despotricar más a gusto porque por esos días él tampoco era fan de la tipa porque descubrió que había empezado a andar con otro wey el día que él me pidió que regresáramos, o sea que muy probablemente andaba tonteando con los dos (sobre todo porque estoy casi segura de que cortó con ella hasta el sábado siendo que me dijo que regresaramos un jueves :v), porque como dije a ella no le importaba tener nada serio, sino ganar. (Una lástima que el coraje no le haya durado ni un mes porque ahí andaba dándole consejos al siguiente sábado, pero qué se le hace…).

En fin, el muchacho estaba afectado por eso (supongo que con razón) y a mi me pegó que lo estuviera, porque significa que le importa, y no quiero que le siga importando, aunque la psicóloga me regañe por querer cosas imposibles. El punto es que empezamos por allí, y le terminé diciendo que a veces creo que anda conmigo porque sabe que le convengo y no porque realmente quiera y que si pudiera estoy casi segura de que lo volvería a hacer. También que me duele que hace cosas que me hacen preguntarme a quién quiere más, como andarle diciendo que necesita un abrazo suyo como si tuvieran algo que los míos no, o andarle marcando a ella por teléfono “para calmarse” el día que tiene algo importante como su examen, cuando a mi me estaba contestando bien serio. Como sea, son nimiedades que no son nuevas pero el tipo de cosas que me callo para llevar la fiesta en paz.

Pero la verdad no me puse así sólo por eso. Resulta que tengo menos ovarios de los que presumo. En realidad, soy una cobarde. Pasa que cuando tuve la peor semana de la vida en la maestría, los chicos armaron fiestongo en la condesa y como necesitaba con urgencia relajarme decidí acompañarlos. La verdad al principio no me la estaba pasando tan bien, me tiraron cerveza encima tres veces y me sentí un poquito ignorada en las conversaciones, aunque estaba disfrutando mucho del lugar y la música (fuimos a un bar llamado Cueva de Lobos), pero justo cuando me empecé a despedir porque tenía clase el sábado por la mañana, un compañero comenzó a decirme que no me fuera y como prometió que nos iríamos justo antes de que cerrara el metro porque él también tenía clase, pues accedí a quedarme.

Estuvo bien porque justo ahí empezó a ponerse mejor el ambiente y en general me la pasé muy bien. Lo malo es que después el mismo chico decidió coquetearme, de hecho me hizo reír mucho porque en un momento que fui al baño me lo topé cuando él iba saliendo, bailamos unos tres segundos al ritmo de Juana la Cubana y luego me preguntó si yo era Juana la Cubana, porque, cito, “estoy igual de buena”. Jajaja. Obviamente ya estaba borracho. Pero pues ahí se fue a la mierda todo, porque cuando regresé del baño empezamos a platicar más, bailamos un ratito, no nos fuimos a la hora que teníamos que irnos y total que terminé teniendo que pedir Uber. Mientras esperábamos que los demás salieran del lugar, el chico me acompañó a tomar el Uber y ahí afuera intentó besarme. Me quité, le dije que tenía novio y me contestó “No importa, también yo” y volvió a intentarlo. No sé, sospecho que me sacó de onda su respuesta, el punto es que fue más rápido que mis reflejos y sí me besó por un momento. Pfft. Para ser sincera en ese momento me acordé de Loui, pero como flechazo me vino la imagen de Loui besándose con aquella y me paralicé en lugar de, no sé, darle un zape al tipo o algo jaja. Juro que no fue venganza, aunque creo que suena así cuando lo platico.

Toootal, que tenía dos o tres semanas queriendo juntar los ovarios suficientes para decirle a Loui lo que pasó con el sujeto de la maestría, pero mierda, al día siguiente y las veces que lo vi entre semana me la pasé tan bien con él que mi excusa era que no quería arruinarlo, y en el fondo estaba asustada como venadito, no sólo de que fuera a molestarse lo suficiente como para ya no querer estar a mi lado, sino de que en realidad me quiera y fuera a romper su corazón. A veces creo que me tiene en un pedestal muy alto y no quería saber qué pasaría si rompía esa imagen que tiene de mi, considerando como le fue a él cuando cayó del mío.

Whatever. Por supuesto que se molestó y al otro día no estaba muy de humor para ponerse romántico conmigo pero como siempre con él, lo platicamos y comprendió y ya estuvimos bien, sobre todo después de que se me pasaron las ganas de ser avestruz y esconderme bajo la tierra sin que nadie me encontrara nunca. Aquello fue sólo la gota que derramó el vaso de una muy mala semana, porque un sábado antes me molesté con él porque me corrió de su casa (Meh, el dice que no, pero siempre que ya es hora de irme está de latoso conque me quede aunque sabe que no me dejan, y justo ese día que sí tenia tiempo de quedarme otro poquito, a las 10 ya muy puesto para irse :/) y luego el lunes también porque yo andaba medio chipil por lo del sábado y él decidió que el lunes era un buen día para andar de reservado con los besos obviamente haciendome sentir mal en el proceso.

Y luego ese jueves le dieron el premio al ñoño del año y nos peleamos porque primero pasa tarde por mí, luego cuando decide llegar a mi se me había ocurrido ir al baño porque andaba medio mal del estómago así que me tuvo que esperar; me subo al carro y está con su jeta, le dije hola y aunque me regresó el beso no me dijo nada, le hice un comentario a medio camino y no me contesta, estuvo mudo todo el camino y todavía ya en su casa, pero eso sí, cuando ya nos subimos al coche me dice todo enojado “Miriam por qué no te arreglaste?” Ja ¿Perdón? Ok, no iba muy sobreproducida pero no me dijo que quisiera que fuera así, era una ceremonia de menos de dos horas en la que yo nada más iba a ver y aplaudir, y yo tenía que ir al trabajo después, así que aunque llevaba jeans sí me puse una blusa bonita, tacones, me pinté, me puse una mascada y toda la cosa, pero pos para el señor ir arreglada nada más es usar vestido o no sé, y no saben como me cayó en el higadito su actitud. Obviamente se lo dije, y se puso a reprocharme más por la hora y así, total que les juro que estuve a un comentario malo de pedirme un Uber de regreso a mi casa y ahí que te vaya bien con tu pinche premio. Ya bastante hacía pidiendo permiso en el trabajo para acompañarlo como para que no lo valore.

En resumen que lo de ese sábado sólo fue la cereza del pastel de una mala semana para nosotros y por supuesto que tiene todo el sentido del mundo que me pusiera como me puse, sobre todo sumado a que ustedes saben cómo soy y ya me sentía bastante mal querida a esas alturas. Aunque al final si lo analizan, si alguien es capaz de besarte y hacerte el amor después de todo eso, y aún después de que vomitaste hasta el desayuno, definitivamente te aman. ¿No?
No sé.


A veces me pregunto si lo que pasa no es sólo que no sé cómo ser feliz.