They gonna eat me alive.

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Trataré de escribir sin que la mentada luz interfiera. Hace unos días estaba escribiendo y se fue, y ya no sé ni que les decía, así que… :/

Ayer llegaron mi tía Dulce y Luis Emilio, quien supongo que ya he mencionado que siempre será mi primo favorito por sobre todos, aunque ahora haga mucho que no se realmente nada de él, nada más allá de lo que ven mis ojos quiero decir. Pero ya se han ido, sólo venían de rápido. Es obvio que la ‘pequeña pelea’ que tuvimos hace unos días por acá agarró proporciones medio cósmicas, todo el mundo se enteró creo. Y yo me he puesto a pensar en cosas que me dijo mi tía al despedirse. No, mi deficiencia de hierro me impide recordarlo con exactitud, pero fue algo sobre tomar las decisiones correctas en mi vida, porque estoy sola con mi mamá y llegará el día en el que no esté. Tomar las decisiones que me permiten afrontar eso y otras cosas más.

Y si le hubiera seguido, me habría puesto a llorar. De repente lo que me pareció muy gracioso (una bien merecida celebración del cumpleaños de mis amigas y de las calificaciones que al menos en mi caso eran bastante buenas) me pareció tremendamente inmaduro, me di cuenta de que esa sensación de fragilidad que presiento al pensar en mi madre no es cosa solo mía, que no soy la única que piensa que ella, de algún modo, no está bien.

Cuando fui a Malinalco, platicamos con un señor que vendía amuletos, porque estábamos vueltas locas queriendo un anillo o un algo de lapislázuli. Ése señor me preguntó de que signo era y de que signo eran mis padres; Luego, se limitó a decirme “Cuide a su mamá”  - Crack – Ahora me pregunto que tan enserio debería tomarme sus palabras.

Mamá no tiene trabajo, ni las ganas, ni la vista, ni el oído, ni las fuerzas de buscar uno. Hace meses que no se pinta el pelo, por lo que la mitad de él es una espesura nívea que yo sé que no ayuda a su autoestima, por no decir que ha ganado unos kilitos. Y a menudo la veo triste. Nunca me lo dice, pero sabe que la conozco y que me doy cuenta, pero ¿Qué puedo hacer yo?

Le he dicho como mil veces, de mil formas distintas que un trabajo calmaría las aguas en la casa, me haría tener un poco más de dinerito, nos daría una puerta de salida de aquí, la haría sentir mejor, etc, etc etc… pero no logro convencerla. Supongo que lo que tiene es depresión, pero no creo que quiera ir a un psicólogo, no creo que mi abuela me dé pera llevarla al psicólogo y no tengo dinero para llevarla yo. Y sigo siendo su hija, así que obligarla no puedo, y de rogarle ya me canse. Así que supongo que sí, que mientras no pueda hacer otra cosa tendré que ser yo quien cuide de ella y quien madure antes de tiempo y… me destroza los nervios pensarlo, sobre todo evito pensarlo demasiado a futuro si no quiero arrancarme cada cabello desde la raíz y lanzarme por un piso 19°.

Pero imposible, no es. Mi mamá y otras muchas personas también hicieron cosas extraordinarias en su tiempo, como estudiar y trabajar al mismo tiempo por pagarse la prepa a los 17 y… bueno. Sobreviviré.

Lo único que no sé entre todo esto es, al final ¿Quién se hace cargo de mí? Alguien debería anotarse. 

PD: ¿Sobre Luis? Ya maneja, y debo admitir que me dio algo de envidia. Ains.

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