Contrario a la creencia popular, adoro mi carrera.

*Fe de erratas: Todavía no es mía, ya que aún no la estoy estudiando, pero no pueden culparme por soñar en grande ¿O si?

Por alguna razón, que tal vez tenga que ver con que desde que tenía trece años y hasta hace poco más de un año estaba casi completamente segura de que quería estudiar derecho, mi madre y algunas personas más osan dudar que haya decidido estudiar Relaciones Internacionales por que me guste. Ok, yo sé que todavía puedo ver Suits y maravillarme con lo que Harvey Specter hace y decir, carajo, quiero ser como él. Pero eso no significa que no me guste todavía más lo que planeo estudiar. Lo habría planeado antes si hubiera sabido de que se trataba.

El hecho es que Relaciones Internacionales llenó los huecos que no lograban convencerme del todo en la carrera de derecho. Al menos no tengo que estudiar los derechos aburriditos, como el agropecuario que no me llama la atención en lo más mínimo, si no los bellos como el romano y el internacional. Soy amante de los idiomas y ¿De qué me habría servido saber tres o cuatro idiomas siendo abogada, tal cual? Como internacionalista, cuatro me suenan a pocos. Además, siempre estuve entre estudiar derecho y economía, y R.I. engloba ambas, y temas de lo más interesantes como la globalización. Sólo el primer semestre consiste en estadística, más historia del pensamiento político de la que creo que cualquiera pueda procesar en cuatro meses, geografía política y económica, y un hermoso y gigantesco temario de introducción al estudio del derecho que sinceramente todavía me tiene asustada. Y todo eso sin hablar del resto de los semestres, que cada vez se ponen mejor, o de las optativas que ojalá pudiera cursar todas, o de la promesa de viajes que siempre he querido hacer.

Además, si se leer adecuadamente, puedo perfectamente aplicar a una maestría de Criminología que es lo que siempre quise estudiar, en el fondo.

Lo bueno es que justo este año, el promedio para derecho bajó tanto que era más fácil que entrara a derecho a que entrara en R.I., y eso me quitó un gran peso de encima porque mi madre creía que tenía que ver con que no alcanzaba ni loca el 8.9 que estaban pidiendo y que por eso me arrepentí de estudiar derecho. No, mamá, te lo juro que me gusta esta carrera <3.

Hoy me siento menos reticente a saber el resultado de mi pase reglamentado, aunque tampoco me está comiendo la emoción.
Como sea, todavía tengo 11 días para fermentar la idea y ver si hecha raíces.

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