Perdón y olvido

Los recuerdos de Facebook me hicieron reflexionar un poco al respecto el día de hoy. Ya saben, el típico chismógrafo que te pregunta si te parece más fácil perdonar que olvidar, y hace años contesté que olvidar era imposible así que perdonar era fácil pero, con lo que me ha pasado en los últimos años… uff.

“Perdonar” viene del latín per- (un prefijo que indica acción completa y total) y donare (regalar). Perdón, además, poéticamente hablando es algo grande ya que el sufijo –on indica aumentativo tal como en grandullón o cabezón- Así que perdonar es el acto enorme de regalar completamente, es decir, es un acto de generosidad. Por lo mismo creo que también implica una trasgresión de la misma magnitud.

Verse en la necesidad de perdonar algo es regalarle a alguien la oportunidad de haberte herido y seguir viviendo para contarlo, figurativamente hablando o no. Seguir siendo parte de tu vida, o tener la oportunidad de “estar a mano”, tener una cuenta saldada contigo.

Perdonar a Loui ha sido lo más difícil que he hecho en mi vida. Ojalá ninguno de ustedes tenga que enterarse de qué hablo exactamente, pero la verdad es que es horrible. Una trasgresión así conlleva sentirse herido, y bien decía Séneca: culpa par odio exigit. Mi mecanismo de defensa es convertirlo en odio, aún si no fuera un odio real porque en el fondo nunca he dejado de quererlo, pero estaba profundamente enojada y me llevó meses dejar de sentirme así. Fue un largo proceso de reaprender a convivir, aprender a sobrellevar esos sentimientos, a mantener mi palabra de dejar atrás lo que había pasado y sobre todo de dejar de hacer que me compensara por ello. Es fácil y bastante cómodo caer en una espiral en la que cualquier falta propia se compense con un silencioso “pero tú eres peor por x”, y eso no es perdonar.

Tampoco es un proceso lineal. Varias veces creí que ya estaba bajo control sólo para que alguna cosa en particular me hiciera volver a sentirme de ese modo. Las inseguridades fueron la peor parte, esa sensación de estar constantemente esperando a ver de dónde caía una trasgresión más, de exagerar las cosas más mínimas… y luego claro está la posibilidad de que incluso cayera en la revancha, aunque quiero pensar que no fue así.

No sé. Olvidar tampoco es dejar de recordar que algo pasó, es sólo acostumbrarse a la idea de que pasó, de recordarlo como algo que pasó igual que algo que pasó el jueves de la semana pasada, ya no con amargura ni dolor, aunque seguramente tampoco con alegría. Sólo familiarizarse con la idea de que pasó, y eso amigos míos resulto bastante más fácil que poder decir que estoy bien con Loui. Pero ahora estamos bien, hemos estado bien ya hace un tiempo, así que tampoco es imposible. Perdonar es algo que requiere dos partes, porque también implica reconstruir a partir de lo que quedó, y tenemos que darle crédito al muchacho por el estoicismo con el que me aguantó todos y cada uno de mis desplantes involuntarios, y las ganas que le hecho a que pudiéramos volver a decir que estamos bien. Perdonar a veces también fortalece.

También creo que perdonar se convierte en permitir cada vez mayores trasgresiones. La verdad es que hasta antes de que todo lo que pasó pasara me parecía impensable perdonar a Laura. Estaba (estoy) profundamente herida y dijimos he hicimos cosas que de verdad rompieron la fuerte amistad que teníamos, pero cuando pasó todo esto también me dije que si podía perdonar algo como eso de un sujeto que apenas conocía, también podía perdonar a mi amiga de tantos años ¿No?

Creo que fue poco después que todo esto pasara que volvimos a hablarnos un poco, Laura y yo quiero decir. La verdad ya olvidé exactamente cómo pasó, o quizá ni pregunté, ella me escribió un día; al principio muy poco, sólo intercambiábamos pleasantries y poco a poco hemos ido platicando un poco más. También ha sido un proceso largo, la extrañaba como no tienen una idea porque al final ella era mi mejor amiga y aunque tal vez podía remplazarla con mis amigos en su conjunto, no había uno que llenara el papel que ella había jugado en mi vida. Ella misma sigue sin llenarlo. Quizá tiene que ver conque todavía estoy herida y quizá ella se sienta así también, a decir verdad no hablamos mucho de lo que sucedió. Dijimos que nos extrañábamos y que no había estado bien lo que había pasado pero hasta ahí. Lau quería que regresáramos pero la verdad es que yo no podría, con o sin Loui en la ecuación, así que nos conformamos con retomar lo que quede de nuestra amistad.

En resumen: perdonar es muucho más complicado que olvidar. Cuesta mucho trabajo, es una misión que involucra a todas las partes en especial si se pretende regresar a lo que se tenía. Además, nunca se vuelve al mismo sitio del que se partió. Puede ser algo bueno, como con Loui. En Japón existe un arte llamado kintsugi, que precisamente consiste en reparar objetos que se rompieron con resina espolvoreada con oro. Creo que eso pasó con Loui y conmigo: nuestra relación definitivamente no es la misma que teníamos en agosto de 2018 pero ahora es única y tiene mayor valor. Con Lau por otro lado sólo es la sombra de lo que llegó a ser, pero es mejor que nada.

0 comentarios:

Publicar un comentario

Firma mis Jeans desgastados (: